Que no te engañe su diminuto tamaño, su falta de velocidad, que casi pasan desapercibidos… Te vamos a contar qué daños producen caracoles y babosas en cítricos.
Está muy extendido el pensamiento de que caracoles y babosas en cítricos son inofensivos y que no provocan graves problemas. Se trata de un error pensar que no van a afectarte en tus árboles y es preciso elaborar un protocolo de actuación para manejar adecuadamente este fitófago.
De hecho, esta plaga es tradicionalmente conocida como secundaria, porque a su manejo no se le daba tanta prioridad como a otras, lo que podría provocar grandes pérdidas en la parcela afectada y en las colindantes. Las características actuales del cultivo de cítricos les favorecen, aumentando su presencia:
- Riego localizado por goteo.
- Acolchado de malla.
- Cultivos más respetuosos con el entorno, en el que se respetan zonas verdes.
Las zonas húmedas y protegidas del sol son sus lugares favoritos por lo que, sin quererlo, les estamos preparando un hábitat perfecto para desarrollarse.
Descripción de la plaga: qué son caracoles y babosas y cómo se comportan:
La principal diferencia entre estos “primos hermanos” es que los caracoles poseen concha protectora, una casa con la que se mueven a cuestas, mientras las babosas están “desnudas”. Algunas babosas tienen conchas internas suaves o mantos y otras no poseen nada.
Ambas especies, caracoles y babosas, tienen dos tentáculos superiores que sobresalen en su cabeza, su sentido de la vista y el olfato. Otros tentáculos inferiores, colocados debajo de la cabeza, se ocupan del sentido del tacto y el gusto.
Estos animales se refugian en lugares frescos y húmedos, como las hojas de tu cultivo de cítrico, en los días soleados y meses más cálidos. Aprovechan las noches, días más frescos, noches… para salir y moverse por tu parcela. Caracoles y babosas se mueven con rapidez de una parcela a otra convirtiéndose en plaga.
Daños que producen caracoles y babosas en los cítricos:
Los daños de caracoles y babosas son destacados. ¿El motivo? A pesar de su diminuto tamaño, caracoles y babosas son extremadamente voraces.
Los caracoles y babosas tienen una forma especial de alimentarse. Necesitan raspar con su rádula (una pequeña hilera de diminutos “dientes” situada en la boca del caracol y babosa) el alimento para poder ingerirlo. Así provocan daños en:
- La epidermis de hojas
- Flores
- Frutos
- Ramas jóvenes
- Partes subterráneas.
Con caracoles y babosas en cítricos, pueden llegar a aparecer perforaciones y bordes irregulares en las hojas. En cítricos, acaban con la nueva brotación, la fruta y existe riesgo de secado en plantaciones jóvenes.
Periodo crítico, seguimiento, estimación del riesgo…
Una babosa pondrá cientos de huevos (300-400) en una sola puesta y el caracol pone un promedio de 40-60 huevos cada puesta. Lo que nos da una idea de la rapidez con la que se convierten en plaga para tus cítricos.
Caracoles y babosas prefieren el otoño y la primavera, con temperaturas entre 13-18 grados y humedad del 75 %, para reproducirse, estaciones de las que se pueden beneficiar de un clima templado y muy húmedo.
En la actualidad, es esencial realizar el conteo y trampeo para determinar los ejemplares y estado de esta plaga. Además, actuar en el momento adecuado –antes de que se suban a tus árboles, por ejemplo– te garantizará mayor éxito en el manejo de la plaga.
El equipo de AgroGM te ayudará a saber cómo manejar esta situación. Contáctanos.
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