El “día D” ha llegado, o está muy cerca. Las administraciones siguen reduciendo el listado de productos fitosanitarios permitidos en la agricultura y ésta debe adaptarse cuanto antes a ser agricultura natural. Uno de los aspectos en los que ya se está trabajando de forma diferente es en la desinfección natural de suelos: la caída de los químicos.

La desinfección de suelos es una de las tareas principales en la actividad agrícola, que permite tener controlados los diferentes agentes patógenos que pudieran afectar a la producción y los productos que se cosechen: bacterias, hongos, insectos, nematodos, etc.

En las últimas décadas, el listado comunitario de materias activas permitidas ha ido cambiado, tumbando cada vez más los químicos y aceptando alternativas procedentes de extractos vegetales, ayudando a la agricultura a respetar su entorno natural y que sean cultivos sin residuos o de cero residuos.

¿De dónde viene el paso de químicos a productos más naturales? La primera en orientar los pasos fue la Directiva 2009/128/EC, que aceleró el uso sostenible de productos fitosanitarios, la Gestión Integrada de Plagas y métodos y técnicas alternativas, como la desinfección natural. De ella nacieron los Reales Decretos 1702/2011, para las inspecciones periódicas de los equipos de aplicación de productos fitosanitarios, y el Real Decreto 1311/2012, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.

Además, se elaboró un Plan de Acción Nacional (PAN) para englobar todas las actuaciones necesarias para cumplir con la directiva. El que está en vigencia es el PAN 2018-2022.

 

Medidas implantadas que nos llevan hacia la desinfección natural:

  1. Formación adecuada: Todos los usuarios profesionales, asesores y vendedores de productos fitosanitarios deberán disponer de un carné que certifique el nivel de capacitación adquirido sobre el uso sostenible de los productos fitosanitarios, la gestión integrada de plagas (GIP) y la utilización de alternativas no químicas.

 

  1. Eliminación de las prórrogas de productos: Los productos habitualmente usados para desinfectar en el sector agrícolas han ido recibiendo de las administraciones autorizaciones excepcionales de uso. La mayor parte de ellas se terminan este año.

Una de ellas es la de los desinfectantes químicos de suelo, 1,3-dicloropropeno y cloropicrina, tradicionalmente usados de manera anual y que a día de hoy no podrán usarse de cara a la próxima campaña. Esto obliga a los productores que aún no lo hayan hecho a pasarse a la desinfección natural.

 

  1. Demostrar que realmente tenemos un problema para desinfectar: Actuar frente a enfermedades, patógenos, etc. no podrá convertirse en una actividad rutinaria, de prevención. Ahora debemos demostrar que realmente estamos afectados, que el problema ya existe, y será entonces cuando se pueda desinfectar.

 

  1. Proteger la zona: Mediante el uso de plásticos y otras medidas, la empresa especializada que aplique el producto para la desinfección garantizará que sólo se está realizando en la zona afectada.

 

Este mismo mes de mayo, el Parlamento Europeo ha respondido a una consulta lanzada a la Comisión Europea por el parlamentario europeo Juan Ignacio Zoido, en la que preguntaba sobre el uso excepcional del 1,3 dicloropropeno como desinfectante de suelos agrícolas. La respuesta dada por Stella Kyriakides, como comisaria europea de Salud y Política de Consumidores, recoge que ni el 1,3-dicloropropeno ni la cloropicrina están aprobadas ni para comercializarse ni para usarse en la UE por sus efectos en la salud y el medio ambiente. Y, aunque se otorgan autorizaciones de uso no superiores a 120 días de estos productos, recuerda “tomar en consideración la existencia de medidas de control alternativas, incluidos los métodos no químicos”. Y aquí es donde entraría la desinfección natural.

 

Más información en el artículo sobre desinfección natural del suelo y fortalecimiento con microorganismo beneficiosos.